Hay quienes
tienen miedo que se profundice los cambios de la
sociedad venezolana, hay quienes no les conviene el
empoderamiento del pueblo, hay quienes consideran que
la democracia participativa y protagónica es un
obstáculo para que las élites mantengan su hegemonía,
hay quienes quieren el final de la historia, hay
quienes el neoliberalismo sigue siendo el eje rector,
hay quienes no creen que otro mundo sea posible. Para
todos aquéllos, existe un candidato, para las
elecciones del tres de diciembre de 2006, este
candidato se llama Manuel Rosales.
Manuel Rosales quiere hacer
olvidar al pueblo venezolano, que él apoyó en abril de
2002, un golpe de Estado contra el presidente Hugo
Chávez Frías, en ese momento histórico este personaje
desconoció la voluntad de una nación e irrespetó los
valores de la democracia, Rosales firmó un decreto en
el cual avalaba el fin de la democracia
participativa, la eliminación de todos los poderes.
Esto significa que tanto Rosales como la clase
económica y política que él representa no le conviene
el poder popular, es por ello que durante esa breve
dictadura decretaron el fin de la democracia
participativa y protagónica, porque a ellos le urge
regresar al modelo de democracia representativa, en
donde el pueblo sólo servía de títere a los intereses
de una minoría política y económica. Desde ese momento
este candidato presidencial dejaba claro que su lugar
no era con los pobres, sino con aquellos que habían
saqueado por tantos años nuestro país.
Ahora luego de cuatro años,
Rosales pretende borrar de la memoria de la gente más
humilde, ese menosprecio que sienten hacia los pobres.
Es sabido que todos aquellos que lo apoyan se han
referido a la gente de los barrios como marginales,
ignorantes, hordas violentas, desdentados, brutos y
otros descalificativos. Pero hoy en día a través de
un discurso incoherente y sin profundidad política e
ideológica quiere conquistar con promesas populistas e
insostenibles el voto de los
sectores más pobres de la población.
Este candidato forma parte de esa
rancia clase política que dirigió a Venezuela durante
más de cuarenta años y que sólo se acuerdan de la
pobreza, el desempleo y la exclusión durante las
campañas electorales. Para políticos como Rosales la
participación popular se limita al ejercicio del
derecho al voto después de cada periodo de gobierno,
Es por esta razón, que hoy pretende comprar votos con
las promesa de que ofrecerá una quinta parte de la
renta petrolera a través de una tarjeta de débito, en
la que las familias venezolanas podrán disponer de 600
mil a 1.000.000 bolívares (279.6 a 466 $) mensuales “para
que salgan de abajo" según
él mismo afirmó.
Esta concepción neoliberal de
ingreso petrolero, deja entrever lo siguiente:
propuesta En primer lugar concibe que el desempleo y
la pobreza se soluciona con sólo dar cierta cantidad
de dinero mensual a las familias venezolanas, segundo
El estado venezolano limitará su responsabilidad
social en otorgar dicho monto mensual, lo demás no
importa, ni educación, salud, equidad social; En
tercer lugar desea promover una visión inmediatista y
de facilismo en el ciudadano común, por otra parte
promueve el consumismo y el individualismo, dado que
no se propone programas sociales para el bienestar del
colectivo, sino que cada quien resolverá con lo que le
corresponda de su cuota del ingreso petrolero.
Cuidado con el incauto o la
incauta que crea que con Manuel Rosales PDVSA será del
pueblo como lo es ahora, pues tal distribución del
ingreso a través de una tarjeta no sólo es
insostenible económicamente, sino que el verdadero
interés es la privatización y entrega de nuestras
riquezas a las trasnacionales. Es importante recordar
que antes del gobierno de Chávez, la política
petrolera de los partidos que representa Rosales, fue
orientada a bajar sustantivamente el precio del
petróleo, para así justificar la privatización de la
industria petrolera venezolana.
Rosales es un candidato del
neoliberalismo y trabajara a favor de los que mas
tienen, de hecho en una de sus últimos discursos
planteo que daría becas para que los mas pobres
pudieran pagar universidades privadas, es decir no le
interesa fortalecer la educación pública y de calidad,
sino consolidar la concepción neoliberal de la
educación como una mercancía y por lo tanto los y las
ciudadanas tendrán que pagar para poder acceder a
ella. Asimismo uno de los integrantes de su equipo de
campaña fue ministro de planificación durante el
segundo gobierno de Rafael Caldera y con su gestión
implementó una de uno de los programas de ajustes
estructural mas duro llamado Agenda Venezuela en la
que se vieron gravemente afectados los derechos
humanos de los y las venezolanas
.
El objetivo de los sectores
nacionales e internacionales que apoyan al candidato
Rosales, es detener y disolver por completo los
procesos complejos de participación y organización
popular que día a día se están gestando en la
República Bolivariana de Venezuela y que están
conduciendo al incremento de los recursos ideológicos,
materiales y personales de la colectividad. Por esta
razón los y las venezolanas no queremos volver a tener
gobiernos neoliberales que sean serviles a los
intereses de las trasnacionales y de países
imperialistas. El pueblo no quiere pincharse con las
espinas de este candidato neoliberal.
Gabriela
Rodríguez